¿Como se puede estar a favor de algo que no se conoce? Apoyo-El Comercio lo sabe bién por eso omite preguntar ¿Sabe en que consiste el TLC? o ¿Porque está a favor/en contra? Ojo, como sobre el artículo "el perro del hortelano" Apoyo-El Comercio si se esmeran a pesar de que solo el 7% dice haber leido el artículo ¿Porque hacer de interés público un tema que según la misma encuesta solo llega a interesar al 7%? ¿Será porque el dichoso artículo ( que como señala pepitas.com parece fué escrito por el club neoliberal y no por "Zeus" García) solo pretende satanizar a la oposición?
Según la ficha técnica de los cerca de mil encuestados en 16 ciudadades el 78% pertenece a la zona urbana, ¿Si el TLC perjudica principalmente a la zona rural (por ello el gobierno dice que compensará a los campesinos) porque la encuesta no toma en cuenta a los afectados?
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Luego, siendo la coyuntura de ineptitud y corrupción en los ministerios, Apoyo-El Comercio pregunta ¿Que ministros deberían quedarse en el gabinete? cuando la coyuntura exige un ¿Que ministros deberían irse del gabinete?
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Por último, para reir o llorar el Comercio-Apoyo se evidencia como un chupamedias mas de la mafia fujimontesinista al incluir en su encuesta preguntas no sobre el "megajuicio a Fujimori" sino "el megajuicio a los futbolistas", un psicosocial comparable al de las prostivedettes, allá en plena dictadura.
Temas como el Futbol y TLC han sido tratados y elaborados por los medios (99% pro neoliberales) no como información sino como productos de consumo masivo, el TLC por ejemplo ha sido vendido como un sabroso dulce, periodistas, líderes de opinión, reporteros, se convirtieron en degustadores mediáticos que se mostraban ante cámaras encantados con este producto, y el que estaba en contra aunque mostrara razones simplemente era censurado. Con el futbol igual. Un tema que no debería salir de las seccion deportes y de farandula, gracias al manejo mediático-neoliberal acapara por mucho tiempo la agenda política, económica, cultural, etc.
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En fin, una encuesta con dos fines: "felicitar" a García por el TLC de rodillas que solo beneficia a la casta oligarquica(y parasitos) y segundo, darle una ayudita a los fujimontesinos con el psicosocial los futbolistas juergueros, para que el megajuicio al ex dictador quede en segundo plano.
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ÉTICA Y ENCUESTAS: EL DESAFÍO DE PUBLICAR LA OPINIÓN PÚBLICA.
Por Alberto López-Hermida Russo / Chile
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Los mil y un problemas éticos
Problemas éticos en materia de encuesta hay muchísimos, todos ellos sindicables, en primer
término, a la elaboración de la encuesta, luego a la interpretación de la misma y por último a la
publicación en algún medio de comunicación social.
En primer lugar, a la hora de elaborar una encuesta es indispensable, precisamente,
comprobar que se está elaborando una encuesta.
Efectivamente, la opinión vertida por media docena de transeúntes a un periodista no es
más que una consulta callejera; el voto dado por teléfono a un programa televisivo o a través
del mouse en una página de Internet es nada más que el denominado “televoto”; el panfleto
enviado por alguna empresa o multitienda a la casa o los formularios “su opinión nos interesa”
en hoteles y restaurantes no dejan de ser más que simple recolección de sugerencias… y los
ejemplos siguen.
Para que un sondeo pueda ser caratulado de “encuesta” debe contar, en primer término,
con bases científicas que permitan dar valor y universalidad a sus conclusiones.
Evidentemente, si a final de cada mes la administración de un hotel toma los
formularios completados por algunos de sus pasajeros en el lobby del edificio y se encuentra
con la sorpresa de que todos se quejan de la lentitud en la atención en el mesón central, eso no
quiere decir que el personal encargado no atienda con celeridad.
Esto, porque quienes llenaron el cuestionario fueron sólo aquellos que precisamente,
por una eventual “lentitud” en la atención, tuvieron el tiempo y la molestia para dar su
opinión… el resto de los pasajeros –que pedían la llave y se iban a sus habitaciones– no sólo
no dieron su opinión, sino que quizás ni vieron el formulario, efectivamente, por lo rápida de la
atención…
La estructura científica que necesita una encuesta para ser tal implica primero la
determinación de un universo, entendido éste como el grupo de personas sobre el cual se
quiera saber algo.
De ese universo prefijado se debe escoger de manera científica un subconjunto llamado
muestra, de cuyo estudio se podrán sacar conclusiones aplicables a la totalidad del universo,
aunque siempre con un determinado margen de error.
Una vez seleccionada la muestra, se debe hacer un cuestionario elaborado de manera
igualmente científica, respetando innumerables normas como son el orden de las preguntas, su
claridad conceptual y la libertad del encuestado para responderlas.
En este punto la posibilidad de tropiezos éticos están a la orden del día. Un ejemplo
citado por algunos autores como Philippe Maarek es el de dos encuestas que a simple vista
parecen iguales:
Problemas éticos en materia de encuesta hay muchísimos, todos ellos sindicables, en primer
término, a la elaboración de la encuesta, luego a la interpretación de la misma y por último a la
publicación en algún medio de comunicación social.
En primer lugar, a la hora de elaborar una encuesta es indispensable, precisamente,
comprobar que se está elaborando una encuesta.
Efectivamente, la opinión vertida por media docena de transeúntes a un periodista no es
más que una consulta callejera; el voto dado por teléfono a un programa televisivo o a través
del mouse en una página de Internet es nada más que el denominado “televoto”; el panfleto
enviado por alguna empresa o multitienda a la casa o los formularios “su opinión nos interesa”
en hoteles y restaurantes no dejan de ser más que simple recolección de sugerencias… y los
ejemplos siguen.
Para que un sondeo pueda ser caratulado de “encuesta” debe contar, en primer término,
con bases científicas que permitan dar valor y universalidad a sus conclusiones.
Evidentemente, si a final de cada mes la administración de un hotel toma los
formularios completados por algunos de sus pasajeros en el lobby del edificio y se encuentra
con la sorpresa de que todos se quejan de la lentitud en la atención en el mesón central, eso no
quiere decir que el personal encargado no atienda con celeridad.
Esto, porque quienes llenaron el cuestionario fueron sólo aquellos que precisamente,
por una eventual “lentitud” en la atención, tuvieron el tiempo y la molestia para dar su
opinión… el resto de los pasajeros –que pedían la llave y se iban a sus habitaciones– no sólo
no dieron su opinión, sino que quizás ni vieron el formulario, efectivamente, por lo rápida de la
atención…
La estructura científica que necesita una encuesta para ser tal implica primero la
determinación de un universo, entendido éste como el grupo de personas sobre el cual se
quiera saber algo.
De ese universo prefijado se debe escoger de manera científica un subconjunto llamado
muestra, de cuyo estudio se podrán sacar conclusiones aplicables a la totalidad del universo,
aunque siempre con un determinado margen de error.
Una vez seleccionada la muestra, se debe hacer un cuestionario elaborado de manera
igualmente científica, respetando innumerables normas como son el orden de las preguntas, su
claridad conceptual y la libertad del encuestado para responderlas.
En este punto la posibilidad de tropiezos éticos están a la orden del día. Un ejemplo
citado por algunos autores como Philippe Maarek es el de dos encuestas que a simple vista
parecen iguales:
En la primera, realizada en febrero de 1969, un 81% de los encuestados
contestó “Sí” a la pregunta “¿Cree usted en la existencia de Dios?”, mientras que la misma
encuesta realizada en agosto del mismo año, sólo un 6% respondió afirmativamente a la
pregunta “¿Cree usted que Dios existe?”…
contestó “Sí” a la pregunta “¿Cree usted en la existencia de Dios?”, mientras que la misma
encuesta realizada en agosto del mismo año, sólo un 6% respondió afirmativamente a la
pregunta “¿Cree usted que Dios existe?”…
Efectivamente, un leve cambio –en este caso sin malas intenciones– en la formulación
de la pregunta conllevó una gigantesca diferencia que sólo se explica por el hecho de que la
comprensión de ciertos términos que no forman parte del vocabulario básico de la gente puede
ser muy difusa.
Por último, ya seleccionada la muestra y redactado el cuestionario, se debe realizar la
encuesta propiamente tal, proceso que también puede ser víctima de anomalías. Entre muchas
otras, el cansancio de aquel encuestador que optó por llenar él los formularios para terminar
rápida la labor.
Como se ve, al término encuesta sólo pueden responder aquellas mediciones que
cuenten con un universo determinado, una muestra seleccionada, un cuestionario imparcial y
un trabajo de campo profesional.
Superada la valla de la elaboración de la encuesta, la interpretación de la misma, hecha
por el científico o el periodista, no está libre de potenciales errores.
Un error común es el de confundir el significado real que tiene una pregunta. Por
ejemplo, en materia electoral, la popularidad política puede ser muy distinta a la intención de
voto, aunque muchas veces se pueda dar como sinónimos. Muchos políticos pueden contar con
la simpatía de la gran mayoría, pero eso no quiere decir que el electorado vote por ellos.
Así, aunque muchas veces se confundan, la pregunta “¿Cuál cree usted que es el
político con más proyección?” no es igual a la de “¿Por quién votaría usted en elecciones
presidenciales?” ni tampoco a “¿Quién será el próximo Presidente?”.
Otro ejemplo muy común, y que por lo demás le valió una sanción a un semanario
nacional, es el de generalizar resultados y afirmaciones. Titular con grandes letras que el país
entero opina mal de un candidato determinado es un error grave cuando la muestra estudiada
representa sólo a la Región Metropolitana.
También es importante considerar el margen de error que cada encuesta tiene, elemento
que fue el principal argumento para que, en las pasadas elecciones presidenciales de 1999, se
dejaran de realizar sondeos para la segunda vuelta.
Evidentemente, cuando el margen de error de un estudio de este tipo es de un 3% y el
resultado entre los dos candidatos tiene una diferencia de sólo décimas, decir que tal o cual
candidato ganará es burlarse de las audiencias.
Por otro lado, comparar una encuesta con otra no es nada sencillo. La norma científica
señala que sólo se puede hacer comparaciones de un sondeo y otro cuando el universo, la
muestra, las preguntas y el trabajo de campos fue exactamente el mismo.
Por último, a la hora de publicar una encuesta en algún medio de comunicación social
la responsabilidad del periodista es grande. Su principal misión es, en definitiva, respetar de
manera absoluta lo entregado por el investigador.
Obviando la idea de que sólo se debe publicar como encuesta lo que efectivamente es
un sondeo científico, es importante también que el estudio publicado sea actual. Esto porque la
encuesta, al ser la fotografía de un instante, cuenta con conclusiones que pierden vigencia por
cada minuto que pasa.
Otro punto clave es el visual. La publicación de gráficos y esquemas debe contar con el
consentimiento del autor de la encuesta, pues es muy común que por querer que “se vea más
bonito” en la página o en la pantalla se caiga en una deformación gráfica de la encuesta.
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relacionados: post sobre encuestocracia
Julio, Eres un tremendo ocioso, te la pasas toda la semana actualizando tu blog con tu paranoia y tus estupidezes eso significa que no trabajas, flojonazo, si el Arte (segun tu perfil) no te da billete eso no es culpa de la gente, en todo caso busca chamba en otra cosa, que quieres, que el estado te mantenga seguro, anda busca un empleo, HARAGAN.
ResponderBorrareso, asi asi..
ResponderBorrarMiren la verdad es que yo quisiera que el estado sea mas grande y regale cosas, es decir que me de un dinero mensual ademas de educacion gratis no importa tal como esta me parece bien, total ¿para que sirve la educacion, para que ir al colegio? si el estado me va a dar plata siempre, tambien me gustaria que el estado sea dueño de todo porque asi todo sera mejor o mas mejor, bueno asi dice que es en Cuba y Bolivia alla estan bien avansados, tambien quiero estabilidad laboral porque a veces cuando trabajaba queria dormir un ratito osea una o dos horas pero no podia por se amargaba el dueño y me queria botar y asi no es pues, ¿acaso no se puede descansar? por eso ahora no trabajo y quiero que el estado me atienda. Gracias Camaradas
ResponderBorrarO sea que la encuesta del TLC es como si preguntaran. Esta de acuerdo con tal pelicula? Y uno no la ha visto, solo ha escuchado comentarios de los mismos negociadores. Y como ellos estan de acuerdo el 66% dice que si.
ResponderBorrarJULIO CHOLO WEBON, SIGUE QUEJANDOTE, COMO TODOS LOS OTROS SERRANOS, QUE ESO ES PARA LO UNICO QUE SIRVEN, JAJAJAJAJA
ResponderBorrarmatacholos es otra de esas cucarachas bipedas que utilizan interned para mostrar su desprecio a la raza humana.
ResponderBorrarPronto un post sobre estos bichos.
Más sobre "encuestas"...
ResponderBorrar¿"Lo mejor del año"? Acabáramos...
"El Comercio" acaba de sacar, dice que, lo mejor del año. Pues, si lo presentado allí es lo mejor, y del año, no es sorpresa que demos lástima en lo que a TV se refiere.
Poner a Carlos Álvarez como el mejor del año, puaj... A Rosa María como la mejor del año, puaj... A Gonzalete, puaj... Es decir, un poco más y jalo la cadena para que se vayan todos esos a la Chira.
El problema con estas titulillos otorgados por medios que se consideran líderes de opinión es que retroalimenta el veneno que se produce en la TV y se nos re-vierte a través de ella.
Y esa retroalimentación, a su vez, hará que la gente no pensante, la gente de escaso desarrollo neuronal, o sea, la mayoría, se haga a la idea de que efectivamente los allí publicitados son ¡ja! "lo mejor del año".
Ya el año pasado se había observado ese mamarracho de encuesta que hace El Comercio. Primero, nominando a su des-criterio a aquellos a quienes se deben --de todas maneras-- votar. Desde allí, ya se nota el sesgo "comercial", "masesco", de la cosa. Y luego dice este diario que son sus lectores, los que tienen internet, los que van a hablar por todo el país. Un momentito. Si van a presentar con redobles y sencillos a "lo mejor del 2007", por favor, no se queden cortos y agreguen la aclaración de "pero solo para los despistados". No induzcan a error haciendo creer al público en general que esa selección ha sido hecha por tooodooo el país y para tooodoo el país. En todo caso, por favor, agreguen una glosa donde me excluyan de ser uno de esos electores.
Y encima, este diario les ha creado un trofeo estúpido, costeado por él, para que el susodicho ganador se siente transportado al sétimo cielo del "show businnes". Si ese trofeastro lo contrastan con el genuino Emmy, sería lo mismo que un alfiler al lado de un rascacielos. Por favor. Que Carlos Álvarez se meta sus cuatro latas, que dice le han dado, allí donde no le da el sol.
Por otro lado, aquellos que verdaderamente, son los mejores del año pero han tenido la mala suerte de estar al lado de esos esperpentos del espectáculo, pues solo queda decirles que ellos no tienen la culpa de tanta estulticia, que reciban su lata, nomás, que ni les agrega ni les quita el valor que ya puedan tener.
Lo nocivo de este estropicio periodístico está en que, en el 2008, estos "premiados" por sus sandeces, por un público igual de estúpido y bajofondero, seguirá dándole a la misma matraca, esa que destila pestilencia por las pantallas de la TV, siendo el que más apesta Carlos Álvarez, el que, según algunos, está allí por su "talentoso" talento; "talentoso" talento, sí, vendible éste a cualquier parroquiano que le pueda preguntar, al paso y mirando de soslayo y en voz baja, "¿cuánto cobras Carlitos por servicio completo?".